
La importancia de la proteína en la menopausia: una aliada silenciosa en tu salud hormonal
La menopausia es una etapa natural pero desafiante en la vida de las mujeres. Aunque forma parte del ciclo biológico, sus efectos pueden ser profundamente disruptivos. Sofocos, sudoración nocturna, aumento de peso, pérdida de masa muscular, fatiga, ansiedad y alteraciones del sueño son solo algunos de los síntomas que pueden afectar la calidad de vida. Frente a esta realidad, muchas mujeres buscan el mejor tratamiento para la menopausia con el objetivo de transitar este periodo con bienestar, equilibrio y salud.
Pero, aunque se habla mucho de tratamientos hormonales, suplementos y cambios de estilo de vida, un aspecto esencial suele quedar en segundo plano: la alimentación, y dentro de ella, el consumo adecuado de proteína. Este nutriente, muchas veces relegado a dietas para atletas o jóvenes, cobra una relevancia crítica en la salud física y emocional de las mujeres menopáusicas.
Comprendiendo los cambios del cuerpo en la menopausia
Para valorar por qué la proteína es vital durante esta etapa, primero hay que comprender qué ocurre en el cuerpo femenino durante la menopausia.
A grandes rasgos, se trata del fin de la actividad reproductiva y, más específicamente, de la disminución progresiva de las hormonas sexuales femeninas, en especial el estrógeno y la progesterona. Esta alteración hormonal genera cambios a nivel:
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Metabólico: el cuerpo quema menos calorías en reposo y tiende a acumular grasa, especialmente en la zona abdominal.
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Muscular: comienza una pérdida progresiva de masa y fuerza muscular (sarcopenia).
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Óseo: los huesos pierden densidad, lo que puede conducir a osteopenia u osteoporosis.
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Cardiovascular: disminuye la protección hormonal, aumentando el riesgo de enfermedades del corazón.
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Cognitivo y emocional: puede haber confusión mental, ansiedad, irritabilidad o depresión.
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Dermatológico: la piel pierde colágeno y elasticidad, apareciendo arrugas y resequedad.
Ante esta cascada de síntomas y cambios físicos, las mujeres en etapa de menopausia buscan tratamientos, tanto médicos como naturales. Sin embargo, la base nutricional, y específicamente el aporte suficiente de proteína, es clave para amortiguar muchos de estos efectos.
¿Por qué la proteína es tan importante durante la menopausia?
1. Preserva la masa muscular y la fuerza
Uno de los efectos más marcados de la menopausia es la sarcopenia, es decir, la pérdida progresiva de masa muscular. Esto no solo compromete la fuerza física, sino también la movilidad, el equilibrio y la salud general.
La proteína, al ser el nutriente esencial para reparar y construir músculo, ayuda a detener o ralentizar esta pérdida, sobre todo cuando se combina con ejercicios de resistencia o entrenamiento de fuerza.
2. Favorece un metabolismo más activo
Menos músculo significa menor gasto energético. Por eso, muchas mujeres aumentan de peso en esta etapa, incluso manteniendo sus hábitos alimenticios previos. Un consumo adecuado de proteína contribuye a conservar masa magra, y por ende, a mantener un metabolismo más eficiente.
Además, la proteína tiene un efecto térmico alto (el cuerpo gasta más calorías para digerirla en comparación con grasas o carbohidratos), lo que ayuda a mantener el equilibrio energético.
3. Controla el apetito y los antojos
A diferencia de los carbohidratos simples, la proteína sacia durante más tiempo, ayudando a evitar picoteos entre comidas y reduciendo la necesidad de azúcares refinados. Esto es esencial en una etapa donde la regulación del apetito puede verse alterada por los cambios hormonales.
4. Protege la salud ósea
Aunque generalmente se asocia al calcio y la vitamina D, la proteína también es necesaria para formar y mantener los huesos. De hecho, estudios han demostrado que un consumo adecuado de proteína está relacionado con mayor densidad mineral ósea, algo crucial para prevenir fracturas en la menopausia.
5. Contribuye al equilibrio hormonal y emocional
La proteína provee aminoácidos esenciales que el cuerpo utiliza para producir neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, relacionados con el estado de ánimo, el sueño y el manejo del estrés. Por eso, una dieta rica en proteína puede también mejorar el bienestar emocional.
¿Cuánta proteína necesita una mujer en menopausia?
Aunque las recomendaciones pueden variar según el peso, actividad física y estado de salud, muchos especialistas sugieren que una mujer en etapa de menopausia debería consumir entre 1.2 y 1.6 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día. Opciones como
Por ejemplo, una mujer de 60 kg debería consumir entre 72 y 96 gramos diarios. Lo ideal es distribuir esta proteína a lo largo del día, en lugar de concentrarla solo en una comida.
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Fuentes saludables de proteína
Origen animal (alta biodisponibilidad):
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Huevos
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Pollo
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Pavo
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Pescado (salmón, atún, sardinas)
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Carne magra
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Yogur griego y queso cottage (si no hay intolerancia)
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Suplementos de proteína whey (suero de leche)
Origen vegetal (especialmente para dietas vegetarianas o veganas):
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Lentejas, garbanzos, frijoles
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Tofu
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Quinoa, amaranto
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Chía, linaza, semillas de cáñamo
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Frutos secos (almendras, nueces)
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Proteína en polvo de chícharo, arroz o soya
La proteína como parte de un tratamiento integral
Cada vez más mujeres buscan un tratamiento natural para la menopausia que les permita evitar o reducir el uso de fármacos. Si bien la terapia hormonal sustitutiva puede ser útil en muchos casos, no todas las mujeres son candidatas o desean seguir este camino. Por eso, los enfoques naturales han cobrado gran protagonismo:
Alimentación funcional (rica en fibra, antioxidantes y proteína), Ejercicio regular (cardio y fuerza), meditación, yoga y reducción del estrés, suplementación con isoflavonas, omega-3, calcio o vitamina D y la fitoterapia y remedios herbales (con asesoramiento profesional)
Dentro de este marco, una dieta rica en proteína de calidad es un pilar innegociable, no solo para manejar los síntomas, sino para fortalecer el cuerpo, prevenir enfermedades y mejorar el bienestar a largo plazo.
Hablar de tratamiento para la menopausia no puede limitarse a suplementos o fármacos. El cuerpo femenino necesita un soporte completo, y la alimentación, como forma de medicina preventiva, debe ser protagonista. Entre todos los nutrientes, la proteína se destaca como un verdadero aliado estratégico: preserva músculo, protege huesos, mejora el metabolismo, regula el apetito y potencia el estado de ánimo.